Es un camino largo y feo…
un híbrido entre calle y carretera.
Fábricas grises, ladrillos apilados.
Es un camino interminable como el tiempo.
Una casa abandonada
guarda ocres silenciosos:
pertenencias de nadie.
Por única vida: una rama de parra
empeñada en crecer,
en ganar la batalla
al polvo y gasolinas.
En él recreo emociones cada día.
Por allí paseo mi imaginación
y tu sonrisa.
20 de diciembre de 2002