El árbol solo (Por Pilar Moreno Wallace)
He estado en la Tierra Alta de la Colina y he querido descifrar el silencio de esa tierra ondulada y alta donde no se conoce el sonido del viento. En ella espera ver pasar sus días el Árbol Solo, que sueña con imposibles caricias del aire que haga temblar sus ramas. Está atudido, indiferente del surco que abren sus raíces en la tierra y el trasiego del tiempo. Nadie se detiene; es un árbol solitario y triste, hasta que llegan los pájaros buscando cobijo en el contraluz de las hojas. Es el preludio de una suave brisa. Después todo vuelve a quedar callado, y sufre. Pero yo conozco un árbol sabio, generoso, que crece – paralelo con nuestra verticalidad – más allá de la séptima colina. La tierra donde vive se alimenta de él, tiene agua y aire que respira. No siente la soledad porque es el centro de una evolución creciendo hacia el infinito. Este árbol sí conoce el sonido del viento que, como elemento mágico, le inclina hacia el bien o el mal, la vida o la muerte. Es un árbol felíz, el arbol de la sabiduria.
Letraslibres 26 enero 2006