Sabor a incienso

He pisado las hojas sepias que has puesto en el camino.

Se ha llenado de murmullos la mañana. Un gato me saluda…

Es invierno…

Despiertan rojos los arbustos. Y la hierba bebe pequeñas gotas de rocío.

Es invierno…

Tras el cristal, la lluvia amiga: esa que guarda en cada gota un nombre,

una palabra y un «se puede» azul, que deja con cuidado en las aceras.

Es invierno…

Hay bolsillos que lleno y que vacío, que revuelvo y ordeno.

Hay papeles que borro y luego leo y…,

hay lagrimas grises, con sabor a incienso.

Amanece…,

Y descubro un suave olor a musgo oculto entre las sábanas.

Noviembre 2003

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